Después de comprobarlo minuciosamente, cosméticamente, mecánicamente y en cuanto al precio, y si tiene inquietudes, abórdelas, no las pase por alto en su impulso de comprar un automóvil, de cerrar el trato o de terminar de una vez; en resumen, las ganas de asentarse.

Aléjese, guarde el dinero en su bolsillo, para comprar otro automóvil, en otro lugar, otro día. No haga suyo el problema de otro, no compre un problema.

El vendedor siempre sabe dónde están los problemas y trata de pasarlos por alto. Usted, como comprador, es el detective que intenta descubrir los problemas. Por supuesto, debe ser lo suficientemente racional y astuto después de haber comprado muchos autos usados ​​para reconocer una buena compra cuando la ve.

Espero que esto ayude, aunque no suene ni aquí ni allá.
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